31.10.05

La guerra ruso-japonesa

Si hay algún punto concreto en la historia de Japón por el que este país comenzó a ser tomado en serio en occidente, fue la batalla de Tsushima. Las hostilidades comenzaron por la disputa en el control de Corea, vital para el contacto de Japón con el continente, y estratégicamente perfecta para los rusos que querían acceder al pacífico más meridional en su intento de expansión por Asia.

Rusia no creía que ningún país de extremo oriente pudiera hacer frente a su poder marítimo, y de esta forma se negó a negociar con Japón por el control de ciertos puertos y ciudades a partir del 5 de febrero de 1904. Tras esta humillación, el almirante Togo organizaría un ataque sorpresa similar al que después practicarían los nipones en Pearl Harbour, pero a nivel naval: una flota rápida y moderna atacó Port Arthur comenzando un sitio que terminó con la victoria japonesa.


barcos en pot arthur
Barcos en Port Arthur - 1904
(imagen de "Planeta Sedna")


Pero el Zar Nicolás II se negó a admitir la derrota e hizo reunirse a su flota del báltico para arrasar a los "monos amarillos", como rezaban algunos carteles rusos de propaganda. Ya desde el principio de su viaje, esta flota de 42 buques en su mayoría anticuados y con una dotación de marinos poco preparada, comenzó a cometer errores catastróficos como el bombardeo unos de barcos ingleses y el hundimiento de barcos de su propia flota confundiéndolos con japoneses, de forma que en la prensa mundial se le comenzó a llamar "la flota gafe". Entretanto, la flota del almirante Togo se recuperaba del duro asedio de Port Arthur, sus marinos estaban ya curtidos en la batalla naval y prepararon a los ágiles torpederos japoneses con una nueva pólvora que producía grandes llamaradas y humos tóxicos. De esta forma el 27 de mayo de 1905, cuando los rusos comenzaron a cruzar entre la niebla el estrecho de Tsushima, entre la península coreana y el extremo oriental de Kyushu, fueron descubiertos y atacados en una batalla que se convertiría en legendaria para el ejercito japonés por la perfección en su estrategia. Mientras que las bajas en el ejercito nipón fueron de unos 117 hombres, el ruso perdió a la flota por entero y a cerca de 4.800 hombres, aparte de cualquier cualquier pretensión de dominar esa parte de asia.

Y así fue que Japón comenzó a ser tomado en serio por occidente, aunque no demasiado. Pero lo peor es que el emperador sí comenzó a creer en la indestructibilidad de sus fuerzas y a preparar al país para comenzar con una política imperialista que le conduciría a su papel en la 2ª Guerra Mundial.

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